19 de junio de 2011

Capítulo 6 - La maldición

Capítulo 6 - La casa del bosque

- ¿Qué es esto?-pregunté sorprendida-
- Lo llamamos la casa del bosque, aquí estamos todos seguros.
- ¿Me vas a explicar porque estoy aquí o no?
- No soy el indicado.
- ¿Y quién narices me lo va a explicar?-dije enfadada-
- Veo que habéis conseguido escapar-dijo un chico más o menos de la edad de Ángel-.
- Si, ¿te molesta?-contestó Ángel-.
- No, para nada, al contrario. Por cierto soy Jonathan-dijo mientras me tendía la mano, yo dudosa se la di-.
- Celia.
- Bonito nombre. Seguidme-dijo sonriendo-.
- Me sé el camino Jonathan. Te puedes ir-dijo Ángel-.
- Era por educación, pero bueno, me iré a dar un paseo. Encantado Celia.
- Igualmente-contesté-.
Se notaba que entre él y Ángel saltaban chispas, bastantes chispas.
Entramos en la casa, el vestíbulo era enorme y el techo era altísimo. Subimos por las escaleras, se dividía en dos pasillos, derecho e izquierdo, tomamos el de la derecha, estaba llena de puertas.
Ángel se paró en una y llamó.
Se abrió, parecía ser un despacho de alguien importante.
Había dos personas a cada lado de la silla.
De repente la silla se giró y en ella había un hombre de unos treinta años.
Tenía el pelo corto y sin apenas arrugas. Vestía con traje negro. Me paré en su cuello, tenía una marca parecida a un lunar, pero dorada.
- Hola Celia, soy Gonzalo. Soy el que ha montado todo esto.
- ¿Cómo sabes mi nombre? ¿De qué va todo esto? -Pregunté alterada-
- Sabemos más de lo que te crees, por no decir que sabemos de ti desde el día en que naciste. ¿Te creías que el que Ángel apareciera era casualidad? Que fuese el único que te hiciera caso era un poco extraño, ¿no crees?, que sepa tu número de móvil y muchas cosas más. Yo solo protejo a la gente como tú. Sabrás la verdad cuando estés preparada, así que cálmate por favor.
Sentí que debía de creerle y me calmé.
- Ahora caballeros, necesito hablar con ella.
Ángel me miró y no necesité mucho para saber que me preguntaba si estaba segura, yo asentí y los tres salieron por la puerta.
- Bueno Celia. Creo que no sabes nada y no lo sabrás hasta que no estés lista, como he dicho antes, así que no insistas a nadie.
- ¿Qué es esa marca de tu cuello?-pregunté-
Me salió sola la pregunta, con lo tímida que yo era.
- Chica lista-contestó-, te lo iba a explicar ahora mismo.
- ¿Y bien?
- Es una marca que tenemos todas las personas especiales, según como sea la marca, perteneces a un grupo de personas. Tú también tienes una.
Me dio un espejo y me miré el cuello.
- ¿Cómo nunca antes me he dado cuenta de que la tenía? Y… ¿a qué grupo pertenezco?
- Eso no te lo puedo decir, lo tendrás que descubrir tú sola.
- ¿Me lo dirás?
- Claro. Ahora en cuanto llegue Jonathan te llevará a tu habitación, son compartidas. Todas las noches durante un periodo de tiempo quiero que vengas a verme ¿de acuerdo?
- Sí.