22 de febrero de 2011

CAPITULO 32 - Cumpleaños

Pasó una semana un poco mala para mí.
Todo el mundo estaba raro conmigo, y para colmo nadie me decía nada.
Hoy era mi cumpleaños y nadie me había felicitado, solo Joe y porque le había mandado alguna indirecta.
- Venga Silvia, Joe te está esperando fuera.
- ¡Voy!- grité desde la planta de arriba.
Fui con Joe al tren, según leí directos al aeropuerto.
- ¿Por qué vamos al aeropuerto?
- No sé.-mintió.
- No sabes mentir- le dije.
Llegamos y fuimos a esperar a un avión.
- ¿Quién viene de España?
- Eso si que no lo sé.
Estaba emocionada, iban a venir a mi cumpleaños toda mi familia y mis amigos de España.
Me fui un momento al baño, necesitaba echarme agua en la cara para saber que esto no era un sueño. Cuando volví, ya no estaba Joe donde le dejé. Miré hacia atrás y estaban todos.
No pude evitar pegar un chillido y lanzarme contra ellos.
Llevaban una pancarta gigante que ponía: “Muchas felicidades Silvia”.
- Gracias a todos.
- Te hemos echado mucho de menos.
- Y yo a vosotros.
Miré a un lado y vi a Pablo. No pude evitar ir y darle un abrazo. Yo sabía que lo había pasado muy mal, pero ahora las cosas habían cambiado.
- Sigues llevando mi collar.
- Por supuesto. Te dije que siempre lo llevaría puesto.
- ¿Y ese quien es?
- Es Joe. Mi novio.
Me miró con mala cara y salió corriendo, y yo salí detrás mientras las miradas de todos se clavaban en mi espalda.
- ¡Pablo!
- Me dijiste que nunca te ibas a separar de mi, y que siempre iba a ocupar una parte de tu corazón.
- Y es verdad, tu sigues ocupando mi corazón, pero como amigo. Perdiste tu oportunidad. No estés mal, además, sabrías que pasaría.
- Ya…
Después de todo lo sucedido, volvimos a casa y según llegar salieron todos los demás a felicitarme.
La casa estaba llena de adornos.
- Vamos al jardín.
Me llevaron casi corriendo y nada mas llegar estaba la piscina llena de bolas y una mesa llena de regalos.
Me llevé las manos a la boca.
- Pero… ¿Cuándo…
- Cuando fuimos a la bolera y cuando tu no estabas.
- Venga, ábrelos.
Empecé abriéndolo intentando no romper el papel, ya que siempre he sido muy cuidadosa para estas cosas, pero cada vez los habría mas impacientemente.
Entre los regalos, me encontré un panda gigante, un montón de ropa, una foto enmarcada de McFly firmada por los cuatro y un montón de tarjetas.
- Gracias a todos.- dije.
- Y ahora a comer.- dijo mi madre con toda la familia detrás. Todos llevaban algo en la mano y lo pusieron en la mesa del jardín y empezó a sonar la música. La última persona de esa enorme fila, mi hermana y Susan, entre las dos llevaban una enorme tarta de chuches con unas velas encima.
Todos empezaron a cantar “cumpleaños feliz” y yo me sonrojé mucho.
Pedí mi deseo, soplé las velas y toda la casa estalló en aplausos.
- Es el mejor cumpleaños, y encima lo paso contigo.-dije besando a Joe.
La fiesta duró hasta altas horas de la madrugada, entre todos acoplamos a mis amigos y familia en otras casas.
- Silvia, ¿puedes venir?
Pablo me llamaba, no se que quería, pero estaba con Joe.
- Hemos estado hablando y hemos tomado una decisión, antes de que volvamos a España todos, tendrás que elegir a uno de nosotros.
- No me podéis hacer esto.
- Demasiado tarde.
No se como me hacían esto, no era justo. Salí corriendo a mi habitación y les dejé en el jardín a los dos.

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