7 de diciembre de 2010

CAPITULO 25 - El picnic

Al día siguiente me desperté con una sonrisa en la boca, había estado esperando tanto tiempo a aquel beso…
Quedamos en no mostrarnos mucho cariño en el instituto para que no se dieran cuenta y decírselo directamente en el picnic.
Quedé como todos los días con Joe. Me estaba esperando apoyado en la valla del jardín. Fui por detrás y le tapé los ojos.
- Hola.-dijo quitándome las manos y después me dio un beso.
- Recuerda lo que hablamos ayer, nada de cariños en el instituto hoy, luego por la tarde todos los que quieras.
- Va a ser muy duro.
- Que tonto eres.
Esta pequeña prueba se nos hizo muy difícil para los dos, pero la superamos.
Avisamos a todos de que íbamos a hacer un picnic, estaban todos invitados, incluido Héctor, el hermano de Joe.
Estaba nerviosa y no sabía que ponerme, al final me decanté por el vestido que me compré cuando fui con Susan al centro comercial. Me puse el vestido y las sandalias a juego. Me dejé el pelo suelto y me puse una diadema negra, me pinté la raya un poco de sombra y lista. Cogí mi bolso y me fui al lugar donde habíamos quedado.
Joe y yo planeamos en que cuando estuvieran todos apareciese yo y le plantase un beso, y así fue.
Llegué algo más pronto que algunos, solo tuve que esperar a que llegara Sergio y en cuanto llegó a los pocos minutos salí yo.
- Hola.-dije tímidamente.
- Hola, estas guapísima.-me dijo Allison.- Te dije que lo arreglaríais.
- Gracias.
Saludé a todos con dos besos y cuando llegué a Joe le besé, fue un beso muy apasionado, todos se quedaron boquiabiertos.
- ¿Entendéis ahora el motivo de este picnic?-pregunté
- Sí-dijo Allison sonriéndome.
- Me alegro por vosotros.-dijo Jessica.
- Y nosotros-dijo Sergio y Héctor, pero Sergio muy apenado.
Me acerqué a él.
- Sabes que pasaría.-dije mientras le abrazaba.
- Ya…
Estuvimos todos pasando una tarde soleada y muy divertida.
Comimos unos sándwiches, patatas fritas, todo tipo de chucherías y así toda la tarde.
- Ven. Te quiero enseñar algo.-me dijo Joe cogiéndome de la mano. Me puso una cinta en los ojos y me fue guiando.



Esto me recordó a mi último día en España, pero esto era mucho mejor.
- Ya está, aquí he venido muchas veces y es donde me desahogo.- dijo mientras me quitaba la venda.



- Es un sitio precioso.
- Lo encontré de pequeño, ya lo considero mío.
- Voto porque ahora sea de los dos.
- Ni lo sueñes.
Nos sentamos en el banco y nos empezamos a besar apasionadamente. Nuestras lenguas empezaron a moverse acompasadamente cuando alguien nos interrumpió.
- Ejem.
Los dos nos dimos la vuelta, era Héctor.
- ¿Qué quieres?
- Casi todos se han ido, y Sergio no tardará mucho.
- Vale. Vámonos.
Mientras nos íbamos me llamaron al móvil.
- ¿Dígame?
- Hija, ya que estás ahí con todos tus amigos que si te puedes quedar con alguno un tiempo, sería una semana mas o menos, tenemos que volar a España para ver una cosa.
- ¿Por qué no puedo ir con vosotros?
- Porque no hace falta que vengas.
- Se lo diré a Joe.
- Vale.-y colgó.
- Mis padres se van a España y me dejan aquí. Me tengo que quedar con alguien alrededor de una semana y he pensado en ti.-dije mirando a Joe.
- Creo que me dejarán que te quedes.
- Gracias.
Fui a casa, metí algo de ropa en una mochila y me fui a casa de Joe.

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Llegué a casa, avisé a mi madre de lo de Silvia y cuando le estaba preparando la habitación me sonó el móvil.
- ¿Diga?
- Joe, soy la madre de Silvia, te quería contar el motivo de por qué vamos a España y es que vamos a comprar algún que otro regalo de navidad y aunque sea muy pronto, planificar el cumpleaños de Silvia, que no se si sabrás que es 16 de febrero.
- Vale.
- No la digas nada por favor.
- Vale, puede confiar en mí.
- Gracias, adiós.
- Hasta luego.

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