25 de septiembre de 2010

CAPITULO 16 - Llegan los celos

Me desperté temprano al oír unos ruidos en el baño de mi habitación, y en ese momento recordé que Sergio se quedó a dormir.
Me dirigí al baño, di dos toques a la puerta y ésta se abrió.
- Buenos días- dijo mientras me daba un beso en la mejilla.
- Hola- dije sonrojada.
- Te dejo el baño, me voy bajando.
- Vale.
Me vestí con un vestido corto y mis chanclas negras con lunares favoritas, me hice una coleta alta y bajé.
Mi madre nos hizo unas tostadas con unos zumos.
- Buenos días hija.
- Hola
- ¿No se te olvida algo?
- No ¿Por?
- Te recuerdo que hoy es el cumpleaños de Vanessa.
- ¡Es verdad! Ahora vuelvo.- Me fui corriendo dejando el desayuno a medias al salón a por el teléfono.
- ¿Si?
- ¡FELICIDADES!
- Gracias, creía que te habías olvidado.
- ¿Cómo se me va a olvidar?
- Porque te conozco muy bien.
- Je je, que graciosa. No te voy a poder mandar nada…
- No pasa nada, lo comprendo, además que me llames es el mejor regalo, ya que no te tenemos aquí.
- …- no pude contestar porque se me saltaron algunas lágrimas.
- ¿Estas ahí?
- Si, si.
- Bueno que te echamos mucho de menos, Pablo sobre todo.
- Me lo imagino. Para mi también es duro, pero aquí me cuidan muy bien.
- ¿Eso es que hay alguien? Es que no puede ser, me tienes que llamar mas para contarme todo.
- Jajaja, pues es verdad, pero no, no hay nadie.
- Ya, ya…
- Eee, que es verdad.
- Bueno vale, te creo. Bueno tengo que colgar que me llama mi madre.
- Vale, ya me contarás que te han regalado y toso eso ¿va?
- Vale, adiós fea.
- Adiós
Como los echaba de menos a todos.
- Anda que olvidarte del cumpleaños de una amiga.- me dijo Sergio
- Eee, pero la he llamado ¿no?- dije mientras le daba un golpe en el hombro.
- Bueno si, acaba y nos vamos.
Cuando acabé de desayunar nos fuimos a la casa de Sergio a por sus cosas para ir a la playa.
Mientras íbamos de camino a su casa me sonó el móvil. Miré la pantalla, era Allison.
- ¿Si?
- Silvia, ¿puedes quedar ahora por la mañana? Tengo que hablar contigo.
Miré a Sergio y contesté.
- Allison lo siento… Es que voy a pasar la mañana en la playa.
- ¿En cual? ¿Y vas a ir sola?
Miré a Sergio y asintió para que le dijera a la que íbamos a ir, y si venía de daría cuenta de que la estaba mintiendo.
- Si, voy a ir sola, esta cerca de la casa de Sergio, antes de llegar.
- Si vas sola no habrá problema en que vaya ¿no?
- Claro que no.
- Vale pues allí nos vemos.- y colgó

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- ¿Qué te ha dicho?
- Que va a la playa que hay antes de la casa de Sergio.
- Vale, esperaré un poco e iré, necesito disculparme por dejarla así, no sabes lo que me duele ahora.
- Pues esta es tu oportunidad.
- Gracias por todo Allison.
- No me lo agradezcas Joe.

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- ¿Va a venir entonces?- me preguntó Sergio.
- Pues no lo se, pero por su tono tenía decidido venir. Me da igual que nos vea, si es eso lo que te preocupa.
- Vale… Bueno, ya hemos llegado, esperas aquí o entras.
- ¿Me vas a dejar fuera después de que te has quedado en mi casa?
- Jajaja, vale, pasa.
No tardó mucho en bajar de su habitación. Nos despedimos de sus padres y nos fuimos.
La mañana fue muy divertida, unos cuantos baños, risas y muchos juegos. Íbamos a comer pero Sergio me cogió por la espalda y me tumbó y me empezó a hacer cosquillas.
- Aaaaiii, para, sabes que no puedo con ellas.- dije sin parar de intentar escapar.
- No, me gusta verte así.
Mientras Sergio seguía haciéndome cosquillas alguien carraspeó detrás de nosotros.
- Veo que no estas sola como dijiste.
- Joe… ¿Qué haces aquí? Pensaba que estabas enfadado conmigo.
- Venía a hablar contigo pero veo que estás ocupada.- dijo lanzando una mirada asesina a Sergio.
- Podéis hablar, yo me voy ya. Adiós Silvia. Lo siento por ti Joe.- dijo mientras se marchaba enfadado.
- Adiós…
Clavé la mirada en el suelo y Joe se sentó a mi lado.
- No te deberías de juntar con Sergio…
Me quedé sorprendida por lo que dijo.
- Pero… si es tu mejor amigo.
- Era.
- ¿Qué ha pasado?
- Creo que he visto suficiente con lo que he visto.
- ¿Estás celoso?
- No-dijo clavando la mirada en el suelo.
- Pues yo creo que si.
- Y si lo estoy… ¿pasa algo?
- Pues que no tienes porque estar celoso, además Sergio es solo un amigo.
- Ya…
- Bueno, si vamos a discutir me voy.
Me cogió del brazo y yo me paré.
- No por favor…
- De acuerdo.
Me volví a sentar y puse cara de interesa para que me contase el por qué.
- Lo primero, sí, estoy celoso. No sabes cuanto he aguantado, los días que estas con él es que…
- No tienes por qué estarlo.
- Ya, pero no lo puedo evitar.
- Bueno, pero no tienes por qué estarlo, y… ¿a que has venido?
- A pedirte perdón.
- ¿Por qué te tendría que perdonar?
- Porque me quieres.
No sabía que contestar a esa respuesta.
- Sé que es verdad.
- Sinceramente, sí. Vale, lo reconozco.
- ¿Eso es que me perdonas?
- No hasta que hables con Sergio.
- De acuerdo.
- Ahí tienes su casa, cuando hables con él habla conmigo.
Esperé a que se fuera dirección casa de Sergio y yo me marché a mi casa.

17 de septiembre de 2010

CAPITULO 15 - Recapacitando

Pasaron unos días, iba al instituto pero todos me defendían de todas esas risas que todavía duraban.
“Hoy me he levantado con energía y estoy dispuesta a cambiar el mundo” -
pienso mientras bajo a desayunar.
- Buenos días- dije.
- Hola, ¿qué pasa hoy que estas tan contenta?-me preguntó mi hermana.
- Nada, que he dormido bien.
Cuando acabé cogí mi mochila y me fui donde cada día quedábamos para irnos juntos al instituto. Ahora también se venía Joe, estaba muy protector conmigo.
- Hola chicos.
- Hola- dijeron al unísono.
- Estas hoy más feliz que de costumbre- me dijo Joe mientras dejábamos detrás a Allison y Jessica.
- Si, se puede decir que si. A ti te noto con otra cara, como si fueras a decir algo importante, y te has arreglado más que de costumbre. ¿Vas a pedir salir a alguien?
Se quedó con cara de sorpresa por todo lo que dije.
- Ehh, no… Algo importante tal vez, jeje pero a veces me gusta cambiar de vestuario para ir más formal.
- Amms, bueno, a ver que le decimos hoy a Antonio de lo de ayer, encima es tu tío.
- Ya lo sé, pero bueno, cargaré con las consecuencias.
- Pero fue por mi culpa.
- No te voy a involucrar.
- ¿Por qué?
- Mi tío es muy duro.
- Bueno… vale…
- Así me gusta, por cierto, todavía no me has dicho porque estas hoy tan feliz, si es que lo puedo saber.
- No te lo voy a decir del todo pero bueno.
- Estaré callado.
- No, lo verás luego.
- Vale, pero dímelo ya.-dijo impaciente.
- Es que hoy voy decidida a hacer una cosa, esperaré hasta el recreo o a la salida, no lo se seguro.
- Espero que lo hayas pensado.
- Pues claro, se lo que hago, no hace falta que estés encima de mi todo el día.
- ¿Ah no?
- Pues no todo el día. Es que desde que pasó lo de Tiffany yo si que te veo cambiado.
- Osea que eso es lo que piensas.-dijo molesto.
- No me malinterpretes, por favor.
- Mira lo que has dicho, dicho esta. ¿Vale?
- Pero, déjame mas suelta por favor.
- Vale, como tú quieras.- dijo mientras aceleró el paso y se marchó dejándome atrás.
Rápidamente Allison y Jessica me alcanzaron.
- ¿Qué ha pasado?
- Le he dicho que no tiene porque estar encima de todo el día y se ha ido.-dije ya con los ojos vidriosos.
- No te preocupes, que seguro que se soluciona- me dijo Allison mientras me abrazaba.
El resto de la mañana Joe no me habló, ni siquiera me miró.
- Joe…-dije insegura.
No obtuve ninguna respuesta por su parte y cuando sonó el timbre me dirigí a hablar con Naryssa aprovechando que Tiffany había faltado ese día al instituto.
- Naryssa… ¿Puedo hablar contigo? A solas- dije mirando a las chicas con las que estaba.
- ¿Qué quieres?
- Mira, se que tu no eres como Tiffany, el otro día me miraste de una forma diferente.
- Pues si mira, me diste pena, no me gusta nada que le haga eso a la gente, pero es mi amiga, y no quiero separarme de ella.
- ¿Y si ella se tirara de un puente, tu te tirarías detrás?
- Pues… seguramente no.
- Pues entonces, deja de seguirla como si fueras su perrito faldero, deja de hacer lo que te diga, no es nadie para decirte que tienes que hacer, haz algo útil en tu vida. Con ella no estás consiguiendo nada, solo enemigos, enemigos, y más enemigos. ¿Cuánta gente te ha dejado por qué te vas con Tiffany?
- Me ha dejado bastante pero no eran personas que me cayesen genial.
- Pero eran tus amigos y os tratabais igual entre todos, con Tiffany es todo al revés, ella se cree lo mejor, es la más guapa del instituto, la más popular, y vosotras, sus criadas. Y si no es así, dime a mí como es.
- Tienes razón. Pero voy a seguir con ella, por lo menos durante un tiempo.
- Espero que entres en razón, estás echando tu vida a perder.-dije mientras me iba alejando a la salida del instituto para volver a mi casa.
Le había dicho a las chicas que no me esperasen, me preguntaron, pero no les contesté sobre lo que iba a hacer.
Cuando iba a mi casa, vi a Joe que estaba sentado en un banco con la cabeza entre las manos, me acerqué a él para ver si lo podíamos solucionar, pero en cuanto me vio. Se levantó y se fue.
En cuanto llegué a mi casa me subí a la habitación, me tiré en la cama y me puse a llorar.
Toc, toc, toc
- ¿Silvia, te encuentras bien?
- Si mama, solo que no tengo hambre.
- Vale, pero si te pasa algo, me lo puedes contar.
- Vale.
Al cabo del rato encendí el ordenador, necesitaba contárselo a alguien de confianza, en ese momento me habló Sergio por el Messenger:
Sergio: Ola!
Silviia: Ola…
Sergio: ¿Qué te pasa?
Silviia: Joe…
Sergio: ¿Me lo puedes contar?
Silviia: Si, necesito desahogarme
Sergio: En 5 min. Estoy en tu casa.
Y se desconectó al momento. Su casa estaba a alrededor de 15 minutos de la mía pero en moto tardaría menos.
Mientras Sergio venía hacia mi casa ordené un poco mi cuarto.
Ding, dong…
- Si, esta arriba, en su habitación- escuché de decir a mi madre.
- Hola-dijo tímidamente mientras abría la puerta de su habitación.- ¿Qué tal estás?
En ese momento rompí a llorar y Sergio me abrazo.
- No llores, no quiero verte así.
En cuanto me calmé un poco le conté todo lo sucedido, se quedó igual que yo que cuando Joe se fue.
- No lo entiendo, ¿por eso te deja? Así sin más.´
- Eso parece.
Sergio miró la hora y se levantó.
- Es tarde, me tengo que ir.
- Puedes quedarte a cenar.
- Si tú me invitas…
Bajamos los dos y le dije a mi madre que sus padres no estaban y que se quedase a cenar. Cuando acabamos resulta que mi madre decidió que también se quedara a dormir.
Nos subimos los dos a mi cuarto, el se tumbo en el colchón que le habían puesto y yo en mi cama.
Estaba tan agotada… me dolían los ojos y caí rendida.

9 de septiembre de 2010

CAPITULO 14- La escapada

Pasé una muy mala noche, llena de pesadillas.
En ellas todo el mundo se reía de mí, incluso Jessica, Allison, Sergio, Joe…
Me desperté bastante temprano, no quería volver a cerrar los ojos y pensar en todas las pesadillas que había tenido esa noche.
Ese día no iba a ir al instituto.
“¿Para qué se rían más de mí? Paso” pensé.
Decidí que iba a salir como todas las mañanas para que mi madre no se enterase de que no iba. Pero en vez de ir al instituto iría a alguna playa a pasar la mañana, y por supuesto saldría por la puerta de atrás para que ni Jessica ni Allison me viesen donde iba, ni me preguntasen nada.
Desayuné y me despedí de mi madre.
- Adiós.
Me dirigí a la parte de atrás sin que nadie me viera y me dirigí a algún lugar de la playa por el que no pasara mucha gente.

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- Hola Rosi- dijo Jessica.
- Hola chicas.
- ¿Está Silvia?
- Se ha ido hace un rato.
- A vale, no nos ha avisado. Bueno, adiós y gracias.
- Adiós…
Mientras se fueron hacia el instituto llamaron a Joe por si él sabía algo.
- ¿Sí?
- Joe, soy Allison, ¿sabes algo de Silvia?
- No, ¿no viene con vosotras?
- No, y su madre dice que se ha ido hace un rato.
- Vale, ya os veo, ahora hablamos.
Se dirigieron hacía donde estaba Joe y empezaron a hablar.
- Aquí pasa algo raro, ella no faltaría a clase, no es típico en ella.-aseguró Allison.
- ¿Tenéis su móvil?-preguntó Joe.
- Sí.
- Dejadme llamar.
Hizo varios intentos de llamar pero no se lo cogía.
- Chicas ir a clase, voy a buscarla.-dijo mientras se iba corriendo hacía algún lugar.

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Me estaban llamando, pero lo dejaba sonar mientras caían lágrimas de mis ojos.



Me pase toda la mañana aburrida, pero lo prefería.
Me estaba quedando dormida cuando alguien vino gritando.
- ¿Qué haces aquí… y llorando?- dijo mientras me secaba las lágrimas.
- He decidido no volver al instituto, todo el mundo se reirá de mí.
- Para nada, y si alguien se ríe me enfrentaré a esa persona, pero no llores, me duele verte así.
- Gracias- dije mientras sonreí.
- Deberías de estar en clase, las chicas se han preocupado al preguntar a tu madre y decir que ya te habías ido.
- Lo sé, y respecto a lo de clase, creo que tu también deberías de estar allí además hoy había clase con tu tío.

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Jessica y Allison estaban preocupadas, hablaban sobre ello, pero Antonio entró, echó un vistazo a la clase y se dio cuanta de que Joe no estaba.
- Jessica, ¿y Joe?
- Hoy no le he visto-mintió lo mejor que pudo.
- Ajá…, me enteraré de donde está
En ese momento Jessica y Allison se miraron sin saber que hacer…

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A Silvia y Joe se le pasó la mañana muy rápido, tanto que era la hora de salida del instituto. Ya se iban a ir cuando Silvia notó que el móvil le vibraba y miró en la pantalla, en la que aparecía: Oculto.
- ¿Sí?
- ¿Silvia? Soy Pablo.-Silvia en ese momento recordó todo lo sucedido y se le calló alguna lágrima.
- Pablo…
- Si, ¿no te alegras de hablar conmigo?
- Si, claro que si, solo que no me lo esperaba.
- Eso lo suponía. Bueno era para decirte también que ayer recibí la postal. Y los demás también. Me gustó mucho-dijo sin decirle donde la puso- Sobre todo tu foto. Siento todo lo que pasó tu último día, no era mi intención, pero vi que era el momento.
- No pasa nada, ya lo pasé mal durante esos días y ya lo he superado.
- Lo siento. Bueno, tu vida por allí bien ¿no?
- Sí, normal, no puedo pedir más.
- ¿Eso es qué hay alguien?
- Si es por lo de que siempre estarás en mi corazón, lo sigues estando esté quien esté de por medio, pero no, no hay nadie.
- A vale. Tengo que colgar. Adiós.
- Adiós.
- Era Pablo.
- Me lo imaginaba. Bueno, a esta hora sueles llegar a tu casa, te acompaño y te despides como un día normal.
Nos fuimos a la parte delantera y me despedí de él como me dijo. La tarde transcurrió tranquila, llamé a Jessica y se lo estuve contando, y ella me dijo lo sucedido con Antonio y los deberes. Luego me tocó contárselo otra vez a Allison, eran unas cotillas, pero también eran mis amigas.
No cené, eran muchas emociones las que tuve en esos dos días y me fui a mi cama a leer y a descansar.

7 de septiembre de 2010

CAPITULO 13- La bronca

El despertador sonó a las 7:30 y me desperté sentada en la silla con la cabeza en la mesa.
Cuando me levanté me dolía todo. Me vestí y bajé a desayunar. Cuando acabé me subí a ver si me daba tiempo a hacer algo de deberes, no me dio mucho tiempo, ya que Jessica y Allison me estaban esperando abajo.
- Adiós mamá.
- Adiós.
- Hola chicas.-dije casi sin aliento y mientras me quejaba del dolor de espalda que tenía.
- ¿Qué te pasa? ¿Una noche movidita?
- Ja ja, que graciosa, no.
- ¿Entonces?- me preguntó Allison.
- Cuando llegué de estar con Joe me senté en la mesa a hacer los deberes y me dormí, y me duele todo.
- Es verdad, y ¿con Joe qué tal?
- Bien, estuvimos por la zona de la playa, hablando y tal.
- ¿No os liasteis?
- ¡Jessica por favor!
- A Sergio no le conocías y casi te lías con él.
- Bueno, chicas dejadlo, que parece que se nos une uno.-dijo Allison
- Hola chicas.
- Hola Joe-dijimos las tres al unísono
Llegamos a clase y nada mas sentarnos Joe me atiborró a preguntas.
- ¿Qué tal pasaste la noche?
- Bufff, pues estoy que no puedo ni moverme, me dormí “haciendo” los deberes, pero no me dio tiempo.
- Entonces eso es que… ¿te lo pasaste bien?
- Sí, me lo pasé muy bien.
- Pues cuando quieras podemos repetir.
- Jaja, vale, pero lo organizas tú.
Al vernos el profesor estar hablando, nos mando corregir los ejercicios que nos mandó el día anterior.
- No lo tengo Antonio.
- Pues salte al pasillo un rato, que estar mejor fuera que dentro. ¿Joe lo corriges? Por favor.
- No lo tengo.
- Pues puedes salirte fuera.- dijo en un tono de pena
Le dijo algo a él muy bajo para que no se enterase nadie y salió.
-¿Qué pretende Joe? Sabe como es Antonio.-dijo Allison a Jessica.
Joe cerró la puerta con un golpe fuerte y se sentó con la cabeza entre las manos.
- ¿Qué te pasa?-le pregunté mientras me sentaba a su lado.
- Conozco a Antonio muy bien, demasiado bien y tiene razón. Es que Antonio es mi tío.
- No lo sabía. ¿Y en qué tiene razón?
- Solo lo sabes tú, ni Sergio, que es mi mejor amigo.
- Osea que soy privilegiada.
- Si, y lo de que tiene razón… Al salir me ha dicho que has llegado tu y me nota cambiado, él dice que mas feliz, pero menos pendiente de lo que hago.
- ¿Cómo es eso?
- Pues que desde que te vi en el aeropuerto no he parado de pensar si te volvería a ver, como te llamabas, me hacia muchas preguntas y ahora eso es como si se hubiese hecho realidad, y cada vez que estoy contigo es como si te conociera de siempre. Desde ese día hago las cosas sin pensar y bueno que decirte que fue como un flechazo, es que eres diferente a las demás chicas, en cuanto me ven vienen hacía a mi porque soy guapo, quieren liarse conmigo y hasta luego pero veo que tú no eres así y encima me gustas.
Me quedé sorprendida con la declaración que me hizo Joe, no estaba segura de lo que iba a decir, pero lo dije.
- A mi me pasó lo mismo desde que te vi en el aeropuerto y siento lo mismo pero… me gustaría conocerte más. No te lo tomes a mal. Porque eres un chico encantador.
- Lo entiendo, no te preocupes.-me dijo muy sincero.
En ese momento sonó el timbre y nos metimos otra vez en clase. Estuvimos toda la mañana sin hablar, espero que no se lo hubiese tomado a mal.
En el recreo yo no les dije nada a ninguna de lo que me dijo Joe.
Las clases ya había acabado, estábamos guardando los libros en la taquilla cuando Tiffany se puso a nuestro lado.
- Vaya… llegas y ya estas ligando. Ese tipo de gente no me gusta.
- Tiffany, vete ya conoces aquí a Pepe y Lola.- me defendió Allison.
Pepe y Lola eras sus puños, me contó que ya la había pegado una vez pero que no escarmentaba y volvería a “llamarlos” como decía ella si lo necesita.
- Yo no tengo culpa de que tu amiga sea una poligonera.
Ahí me harté y salté.
- Mira, si tu orgullo esta por encima de ti, no es mi culpa. Ligue o no, no te importa. ¡NO TE IMPORTA MI VIDA! ¿Vale?
- Encima tiene humos.
- Si, tengo muchos.
- Déjalo Silvia, te vas a meter en un lío- me dijo Allison
- No, no quiero. Si a mi esta niñata me importa poco, si me va a hacer algo que se atreva, venga lo estoy deseando.
- ¡EH! ¿Qué pasa?- dijo Sergio mientras venía hacia a mí.
- Oh, encima se va liando con dos.
- Sergio no te metas.
- Eso, a ver si va a venir el otro y ve que les estas engañando.
- Mira pija de mierda, no digas nada si no sabes.
- Bueno ya me he cansado de ti. Me voy, espero no volver a verte por aquí, porque lo que te haré se va a quedar pequeño.- dijo mientras de un empujón me tiró contra las taquillas y me di un golpe en la cabeza.
Al irse la chica que iba con ella me miró y parecía que a ella no le gustaba y creo que sintió pena por lo que hizo su amiga, o eso creía yo.
Vi a toda la gente reírse de mi mientras me señalaban. Sentí mucha vergüenza me levanté y nos fuimos a un lugar mas tranquilo.
- ¿Estás bien?- me preguntaron los tres a la vez.
- Si, creo que solo me he hecho un chichón.
- Vale.- dijo Sergio quedándose más tranquilo. ¿Y eso de que estas con dos a la vez y estas engañando a no sé quién?
- No sé, no estoy con nadie. Debió de ver lo bien que me llevo con Joe y pensar que estamos saliendo, pero no sé porque piensa que estoy saliendo contigo o algo. A saber lo que tiene esa en la cabeza a parte de nada.
- Te podía a ver hecho mucho más.- me dijo Jessica.
- Ya lo sé. Pero mi mal genio me pudo.
- Bueno venga que te acompañamos a casa.
- No vais a aceptar un no por respuesta asé que vamos.

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Pablo pasó al portal y abrió el buzón como todos los días, pero ese día iba a cambiar. Vio un aviso de Correos, miró de donde venía y al darse cuanta subió, dejó la mochila y se fue a Correos para ver lo que era.
Cogió el pequeño paquete y lo abrió.
Al abrirlo vio l oque había, una postal, un llavero y una foto de Silvia con el collar. Al ver la foto sonrió por dentro.
Mientras volvía a su casa leyó la postal:

“Hola Pablo. Espero que te guste lo que te mando. Aquí todo se está volviendo perfecto, he hecho amigos y estoy muy bien aquí, pero te hecho de menos. Sabes que siempre te querré y como has visto en la foto, no me quito el collar nunca. Espero que no lo estés pasando muy mal. Bueno, como he dicho, espero que te guste. Besos.
Silvia.”

Al leer la postal se alegró de que ella estuviera bien y cuando llegó a su casa, clavó la postal en su corcho, y así verla todos los días.

1 de septiembre de 2010

CAPITULO 12- Primer día de instituto

Al día siguiente me desperté muy temprano por los nervios, bajé a desayunar y me volví a subir.
No sabía que ponerme, las apariencias tenían que ser buenas y más si es el primer día en otro lugar diferente.
Al final acabé escogiendo unos pantalones cortos y una camisa de manga corta de un hada con mis manoletinas a juego, cogí mi mochila y salí de mi casa donde estaban esperándome Jessica y Allison.
- Hola-dije un poco nerviosa.
- No estés nerviosa se te nota en la cara y en la voz.-dijo Allison acariciándome el brazo para que me calmara.
- Si, sabes que nosotras siempre vamos a estar contigo y encima en la misma clase.
- Ya, bueno intentaré estar lo más clamada posible.
- Mucho mejor, ah y no hagas caso ni a Tifanny ni a Narissa.-me aconsejó Jessica.
- Vale, pero si me dices eso me voy a poner más nerviosa.
- Tienes razón, pero ten cuidado, se creen las reinas.
- Vale, y bueno, anoche ¿qué tal?
- Bueno, pues unas copitas y por ahí vagabundeando.
- Que bien-dije en un tono irónico.
- ¿Y tu?-me preguntó Allison.
- Pues de camino a casa me senté en una playa y me dormí y resulta que estaba enfrente de la casa de Sergio pero estuvimos hablando y me fui.
- Ya, ya…
- Nunca me creéis.
- Bueno, este es el instituto- dijo mostrándomelo Jessica con el brazo.
- Me gustaba más el de España, pero tendré que aguantarme.
- Eso creo.
Me enseñaron donde estaba mi taquilla y cuando nos dirigíamos a nuestra clase alguien se interpuso en nuestro camino.
- Vaya, vaya, una chica nueva.-dijo Tifanny.
- Dejadla en paz.-me defendió Allison.
- Como quieras, pero ten mucho cuidado chica nueva,- dijo mientras se iba i me dio en el hombro-ten mucho cuidado.
- No te preocupes.
- Eso intentaré.
- De verdad, no te preocupes, nos hemos enfrentado muchas veces con ellas.
- Eso me tranquiliza.-mentí.
Llegamos a nuestra clase, la profesora me presentó y me indicó donde me iba a sentar.
Las mesas estaban de dos en dos, Jessica y Allison se habían sentado juntas y el único que estaba libre era al lado de un chico del que sus ojos azules que en algún lugar había visto antes.



“Ah, ya sé, él es el chico del aeropuerto”- Pensé
- Hola- me dijo tímidamente el chico.
- Hola- le contesté.
- Soy Joe.
- Soy Silvia, me han hablado de ti.
- Ah, que bien. ¿Quién?
- Jessica, Allison y Sergio. Me dijeron que repetías.
- Sí, me pasa por vago, aunque creo que este año tampoco voy a hacer mucho teniéndote al lado, eres muy guapa y yo ya te he visto antes.
- Yo también, en el aeropuerto. Ese día era mi primer dí aquí.
- Me acuerdo.
- ¡Silencio!- gritó la profesora y Joe y yo, nos reímos muy bajito.
A partir de ahí, ya que no podíamos hablar empezamos a hablar por notitas.
- “Bueno me han dicho que te llevas muy bien con Sergio”
- “Si, pero yo no quiero nada con él”
- “¿Por qué? Es guapo xD”
- “Por cosas que me pasaron en España”
- “¿No me las vas a contar?”
- “Mas adelante”
- “Eso está bien”
- “Jajajaja”
- Bueno chicos, esto ha sido todo por hoy. Adiós.-dijo la profesora saliendo por la puerta
- Bueno Silvia, creo que ya conoces a Joe, y creo que habéis congeniado muy bien.
- Eso creo- me reí mientras le miraba y él me saludaba con la mano.
Estabas hablando y entró el profesor de la clase siguiente.
- Bueno ¿qué te han dicho esas dos?
- Que hemos congeniado muy bien.
- Eso creo que ya lo sabíamos.
- Jaja- nos reímos al unísono.
El resto de la mañana transcurrió tranquila, no estuve muy pendiente porque seguimos Joe y yo con las notitas todo el día.
Nos intercambiamos los móviles y nos despedimos, cada uno se fue a su casa y Jessica y Allison me acompañaron a la mía.
- Silvia, se te ha caído esto de la mochila.
- Trae, ¿qué es?
- Una nota de Joe.
- Uuuuuuuu- dijeron Jessica y Allison- esto me suena a cita.



- Te iba a decir que si venías a mi casa ha hacer los deberes pero creo que ya tienes planes. ¿Por qué vas a ir no?
- Creo que sí-dije mientras me sonrojaba.
- Bueno pillina te dejamos aquí- me dijo Jessica.- Ah, la heladería está de camino al instituto, hemos pasado enfrente esta mañana.
- Vale, gracias
Llegué a casa lo más rápido que pude, y le dí el toque a Joe.
La tarde se me pasó muy lenta.
Me duche y me puse un vestido rosa y unas chanclas negras, cogí algo de dinero y me dirigí hacia la heladería.
Cuando llegué, Joe ya estaba allí.
No puedo mentir, había algo que me atraía hacia él.
- Hola
- Hola, estas muy guapa.
- Gracias-dije sonrojada.
- ¿Pasamos?
- Claro
Cogimos una mesa y Joe se levantó.
- ¿Qué quieres? Yo invito.
- No hace falta.
- Dime que quieres o si no me enfado.
- Vaale. Pues… una tarrina con 3 bolas de chocolate.
- Veo que eres una adicta al chocolate.
- Sí, me gusta bastante.
Joe fue a por los helados y mientras nos los comíamos estuvimos hablando y me obligó a contarle todo lo sucedido la tarde en la que me vine.
- Entonces… Ese tal Pablo te dijo que le gustabas.
- Sí, pero no me lo recuerdes.
- Vale.
- Me gusta tu colgante.- dijo mientras lo cogía para verlo más de cerca.
- Me lo regaló Pablo.
- Oh, no lo sabía.
- Eso ya lo sé.
- Bueno, ¿te apetece dar un paseo por la playa?
- Vale
Así pasamos la tarde, de un lado a otro, en la playa, en el paseo marítimo y por el centro de la ciudad haciéndonos fotos.
Llegó la hora de irme y nos despedimos hasta el día siguiente que nos veríamos en el instituto.
Ni siquiera cené y me subí a mi habitación a hacer los deberes de ese día, pero todas las emociones que tuve me pudieron y me dormí sobre la mesa pensando en aquel día.