26 de julio de 2010

CAPITULO 7 - Casa equivocada

Era una mañana fría, notaba como tiritaba. Noté algún movimiento a mí alrededor, alguien me tapó con una sabana, sería Jessica ya que me quedaba en su casa a dormir, pero después de lo de la noche anterior a saber donde estaría. En ese momento me desperté. Solo entraba un poco de luz por las rendijas de las persianas, estaba en una cama. Miré a mí alrededor y no había nadie, así que intenté dormirme un poco más.
Llevaba 1 hora o más dando vueltas en la cama, pero no saber quién me tapó, quien me recogió en la fiesta y donde estaba me mataba. Como ya no aguantaba más en la cama decidí levantarme.
Cuando abrí los ojos vi a Sergio tumbado a mi lado mirándome. Me aparté del susto y casi me caigo de la cama.
- ¿Dónde estoy?- dije nerviosa
- En mi casa, exactamente en mi habitación.
- ¿Y que porras hago yo aquí?
- Fui anoche a la fiesta y te vi muy mal. ¿Cuántos vasos te bebiste?
- Solo dos. El alcohol no me sienta bien, pero con solo 2 vasos no suelo llegar al punto que llegué ayer. Ahora que lo recuerdo, el 2º me supo raro.
- Mmmm… ¿Algo mas?
- Sí, me mareaba y se me iba la vista, por eso me tumbé en el banco. Y… ¿Ha pasado algo entre nosotros esta noche? Cuando estoy así soy capaz de cualquier cosa.
- No, nada. Te dejé en la cama y te dormiste enseguida, probablemente te echaron algo en la bebida, pero… ¿el qué y quién?
- No sé, solo recuerdo que me lo dio Jessica.
- Hay que preguntarle a ella. Vamos abajo y después a la casa de Jessica.
- ¿Tus padres saben que estoy aquí? Y… no puedo salir con esta ropa, además tendré que ir antes a mi casa a ver a mis padres.
- Vale. Y sí lo saben, se lo he dicho antes, que tus padres no estaban y solo sería esta noche, y respecto a lo de la ropa, mi hermana solo tiene 1 año más que tú, está de viaje y la puedo coger algo de ropa.
- ¿No se molestará?
- Que va y si no que se joda.
- Como tú digas, te espero aquí.
Investigué un poco la habitación, yo era muy cotilla. Era una habitación pequeña y sencilla.
Sergio entró por la puerta, llevaba en la mano unos pantalones y una camisa de tirantes.
- Toma, si quieres dúchate y ponte esto.
- Gracias, oye, ¿te puedo preguntar algo?
- Lo que quieras.
- Jessica me dijo que no te solías ir así de una fiesta, que te encantaban y te lo pasabas muy bien o algo así.
- Es que… me encontraba mal- sé que me ocultaba algo.
- No me lo creo, ahora soy yo la que te dice que puedes confiar en mí.
- No es buena idea que te lo diga.- dijo mientras fijaba la vista al suelo.
- Pues nada, tú verás, me voy a duchar. Tienes tiempo para pensártelo.
No tardé mucho, me vestí y volví a la habitación.
Sergio iba de un lado a otro, se veía que estaba nervioso y era algo que yo no sabía.
- Por fin sales- dijo nervioso.
- ¿Tanto he tardado?- pregunté confusa.
- Para mí si.
- Oh, ¿te has decidido ya?
- Si.
- ¿Y bien?
- A ver… Me fui por ti, me gustas mucho y como se que yo a ti no, me fui a mi casa a sufrir yo solo, pasaba de estar viéndote y pasarlo mal.
- Oh, no lo sabía- le abracé- ¿Y porque volviste a la fiesta si lo pasabas tan mal?
- Estuve pensándolo y volví para decírtelo, pero te vi y te traje a mi casa, me diste pena y hasta llegué a soltar alguna lágrima.
- Vale, no te preocupes, ahora estoy aquí- dije sin dejar de abrazarle- pero no adelantemos nada, de momento solo amigos.
- Vale-dijo apenado.
Bajamos a desayunar y me presentó a su madre, su padre trabajaba.
- Mamá esta es Silvia.
- Encantada.
- Igualmente, espero no ser ninguna molestia.
- Claro que no
- Gracias.
- No hace falta que las des.
Su madre nos preparó unas tostadas con mermelada, un zumo de naranja y unos vasos de leche con cola-cao y nos lo sacó al jardín.
- Estaba buenísimo.
- Es que mi madre es una experta en cocina.
- Jajajaja- nos reímos a la vez.
Sergio se puso serio.
- Bueno, vamos a tu casa y a ver a Jessica.
- Yo voy a mi casa sola, quédate aquí, luego vengo a por ti.
- Vale, pero te acompaño ahora y me quedo en la playa.
- Vale.
Nos fuimos a mi casa lo más rápido que pudimos, quería hablar ya con Jessica, pero después de todo se me pasó todo por la noche. Yo entré y Sergio se quedó en la playa.
- Hola mamá.
- Hola Silvia, ¿qué tal todo?
- Pues…muy bien, vimos una peli y estuvimos charlando, lo normal-mentí lo mejor que pude.
- Que bien.
- Voy a mi habitación, me está esperando Jessica en la playa.
- ¿Dónde vais?
- A da una vuelta, no lo hemos decidido todavía.
- Vale.
- Me puse mi pantalón y camiseta preferidos y le bajé la ropa a Sergio.
- Mamá, me voy, no sé cuando volveré- la di un beso.
- Vale, pero ten cuidado, que he oído que ayer hubo una fiesta y hubo varias personas que acabaron muy mal.
- Vale mamá, descuida.
Sergio me esperaba en la misma roca que me senté yo la primera vez que le vi a él.
- Ya estoy aquí, mi madre a oído algo de la fiesta, pero no a sospechado anda de mí.
- Vale, menos mal, vámonos.
- Ah, toma la ropa.
- No hacia falta.
- Ya pero… bueno toma- me recordaría demasiado a él.
- Vale-se me quedó mirando.
- ¿Qué?- dije de mala leche, no me gustaba que me miraran así.
- Nada.
Estábamos llegando ya a casa de Jessica, como para entrar por la puerta había que rodearla por detrás vimos a Jessica llorando sentada en el columpio de su jardín.
- ¿Qué la pasará?- le dije a Sergio
- No sé, vamos a ver.

1 comentario:

  1. jajaja si la madre se llega a enterar q ella cogioo un pedoo q flipa le da un infartoo jajaj xDD

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