15 de julio de 2010

CAPITULO 2 - La espera tiene su recompensa.

Estaba a punto de dormirme cuando oí la puerta que se abría, Pablo salio y me cogio de la mano para levantarme, y me dijo:
- Gírate mirando a la puerta. No tengas miedo.
- Contigo es imposible tener ese sentimiento.
Me vendó los ojos y me fue conduciendo hacia algún lado. Pablo me hacía sentirme yo misma, siempre he pensado que seriamos algo más que amigos, pero él no ponía mucho de su parte. Le voy ha echar mucho de menos.
Estaba muy intrigada y le pregunté:
- ¿Dónde me llevas? ¿Queda mucho?
- Ya estamos llegando.
Sonreí
- Ya hemos llegado. Espera que te quite la venda.
Me quitó la venda muy suavemente. Creo que lo hacia aposta.
Cuando me vino de nuevo la vista estaba en una habitación llena de globos y con un cartel enorme en el que ponía sorpresa.



De repente salieron todos, incluso mis padres gritando:
- ¡SORPRESA!
- ¡Oh! Muchas gracias. Es perfecta. No se que decir.
Dije sonrojada.
Era alucinante, estaban todos, mis padres, Elisabeth y sus padres, Jorge, mi primo Samuel, Vanesa y hasta Tatiana.
No sabía ni que hacer. Fui abrazando a cada uno de ellos y hasta me puse a llorar.
En ese momento Pablo se acercó a mi y me dijo al oído:
- Salgamos a la parte de atrás.
Yo no dudé en decir que sí, aunque no sabía porque quería perderse la fiesta.
- Mira tenemos que hablar.
- ¿De qué? No lo entiendo.
- Siempre me has gustado aunque yo decía que no.
- ¿Por qué me lo dices ahora? Ahora ya no me podrás tener.
- Ya lo sé, tenía miedo pero he decidido confesarlo.
- Siempre he esperado a que llegue este momento, pero ahora siento rabia y necesito estar sola. Es una despedida un poco seca, pero lo siento. Te quiero.
- El que lo siente soy yo, escribe cuando llegues. Te quiero.
En ese momento llegó el momento que más ansiaba, Pablo me besó. Fue un beso muy triste, pero lo logré.
Vanesa salió y se lo conté todo. Fue duro para mí, pero sé que también para él. En ese momento me llamó mi madre.
- Silvia, es la hora de irse, ha llegado la verdadera despedida.
Fue muy duro, no quería irme, pero el avión salía en tan solo 3 horas.
Al subirme al coche, Vanesa me dio algo, era un paquete con una nota. Era un colgante de medio corazón. Leí la nota entusiasmada:



- Me lo dio Pablo antes de que se fuera.
- Gracias Vane, dile que jamás le olvidaré y que…
Me costó mucho decirlo pero lo solté.
- Y que siempre le querré esté quien esté de por medio.
El coche arrancó y miré hacia atrás hasta perderles de vista.

3 comentarios:

  1. Me encanta esta historia que estas creando..estoy deseando leer más.. :)

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  2. Me gusta, es muy bonita pero hay algunas palabras sueltas que no cuadran mucho, piénsalas un poco mejor, entonces será perfecta. Por cierto quiero leer más!

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  3. m encanta la historia, se q he tardado en arrancar a leer pero esq apenas conectoo por lo demas m encanta,, me da pena la despedida de Pablo y de ella.

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